Sea como sea, el único dato real que se tiene es que generó unos ingresos el año pasado de 45 millones de dólares, aunque la compañía perdió dinero por las inversiones realizadas en capital humano y en servidores. Para este año, espera generar ya unas ganancias entre 100 y 150 millones de dólares.
Pero si logra esa cifra es algo que está por ver. Sin embargo, Twitter es algo así como el niño bonito de la industria y “se deja querer” por las grandes empresas. Durante los últimos meses se ha hablado de que directivos de Google e incluso de Facebook han mantenido conversaciones preliminares -o más bien, acercamientos- con la firma de microblogging para una posible adquisición. Y los precios que se barajan rondan entre los 8.000 millones de dólares y los 10.000 millones, tal y como reporta el Wall Street Journal y como confirman analistas del sector.
¿Son cifras demasiado elevadas para una compañía que sólo generó 45 millones de dólares de ingresos el año pasado? ¿Es una nueva burbuja social lo que estamos viviendo? Visto desde fuera, y haciendo sólo caso a los números, podría pensarse que sí.
Uno de esos analistas, Ethan Kurzweil de la firma Bessemer Venture Partners, asegura que basándose sólo en principios financieros, desde luego las cifras que se manejan no están justificadas. Lo que ocurre es que Twitter es un servicio social, que atesora datos personales de cientos de millones de usuarios, y eso la convierte en un diamante tremendamente valioso y todavía por pulir.
Por otra parte, Twitter se deja querer, pero no atiende a solicitudes formales de compra, al menos de momento. Quizá influida por el “efecto Facebook” y la negativa de Zuckerberg a vender, que le ha llevado a hacer su negocio crecer más y más. Los directivos de Twitter -como les pasa a los de muchas otras start-ups en su misma situación, tipo Groupon- no quieren vender demasiado rápido y arrepentirse después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario